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En
el mes de octubre de 1920 la Argentina celebró con
gran pompa y circunstancia los 400 años de la heroica
hazaña de la expedición que circundó
el planeta por primera vez pasó varios meses en la
Patagonia.
El viaje de Magallanes y El Cano fue el más largo
en tiempo y espacio: duró tres años y cruzó
todos los mares, el Atlántico, el Pacífico
y el Índico. De los 250 hombres que se embarcaron,
solo regresaron 18.
En
1920 España envió una embajada extraordinaria
encabezada por el infante Fernando de Baviera y Borbón;
en tanto Argentina, estuvo presente a través del
soberbio acorazado Rivadavia. Los actos se concentraron
en la capital Santiago y en la ciudad de Punta Arenas, donde
fue erigido e inaugurado un gran monumento a Magallanes,
costeado por el próspero empresario español,
José Menendez.
En
su artículo del 30 de Octubre de 2020 en Infobae
que memora aquellos fastos, la periodista Claudia Peiró
recuerda que
"Esta es la proeza que lamentablemente las autoridades
argentinas decidieron ignorar en su 500 aniversario, ni
más ni menos. El comienzo de la pandemia, con las
medidas más estrictas de confinamiento, opacaron
las celebraciones que la Iglesia argentina había
previsto para evocar, el 1° de abril, la primera misa
oficiada en territorio argentino, justamente por orden de
Magallanes, en puerto San Julián (hoy provincia de
Santa Cruz).
El
pasado 21 de octubre, buques de las armadas de España
y Chile confluyeron hacia la salida del Estrecho para un
ejercicio conjunto de homenaje, que debía ser tripartito,
pero del que la Argentina, pese a estar invitada, declinó
participar “por razones presupuestarias” y por
la “pandemia”. Se trataba sólo de enviar
una fragata, aclaremos. En consecuencia, en este acto sólo
flamearon en el Pacífico sur las banderas chilena
y española.
Es lamentable por otra parte que hoy la corrección
política y la leyenda negra nos priven de repasar
y conmemorar en su justa dimensión las hazañas
de esos primeros aventureros.
Los
fastos de esta conmemoración fueron suntuosos y magníficos
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A
la izq. vemos al Capitán de Navío Segundo
Storni que representará a la armada argentina y
a la der. al Mayor Justo A. Diana, agregado a la legación
en Chile, que representará al ejército
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Vemos
al doctor Carlos Noel, ministro plenipotenciario en Chile,
que asistirá a los festejos en carácter
de embajador extraordinario
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Vemos
a los integrantes de la embajada extraordinaria española,
presidida por el infante D. Fernando, el ministro de Estado,
señor Marqués de Lema y los diplomáticos
americanos en España, en uno de los salones del
Palacio Real
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El
comandante de la nave argentina, capitán de navío
Segundo R. Storni, descendiendo a tierra
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El
acorazado Rivadavia llegando al puerto de Valparaíso
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"El
acorazado Rivadavia, la gallarda y poderosa nave que representa
a la armada argentina en la grandiosa celebración
del 4º centenario del descubrimiento del estrecho
de Magallanes, cruzando los maravillosos canales, donde
la estupenda belleza de la naturaleza parece que se armoniza
con la fantasía creadora del hombre, realizándose
el prodigio".
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El
cónsul general argentino en Valparaíso retirándose
del Rivadavia después de haber hecho una visita
a la nave
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Vemos
a aspirantes de la Escuela Naval chilena a bordo del acorazado
Rivadavia, donde fueron sumamente agasajados por la oficialidad
argentina, dado lugar a una simpática reunión
de confraternidad.
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El
representante real español, infante Fernando de
Baviera y Borbón, el presidente de la República,
señor Sanfuentes, el ministro de Brasil, y altas
personalidades de la política, y distinguidas damas
en la fiesta ofrecida por el diplomático brasileño
en los salones del palacio de la legación
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El
infante don Fernando de Baviera y Borbón saliendo
acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores,
doctor Aldunate, después de realizar su primera
visita oficial al presidente de la república
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El
infante don Fernando de Baviera y Borbón y el futuro
presidente de Chile, doctor Alessandri en los jardines
de la legación, al lado del primero hállase
la esposa del representante argentino, señora Acosta
de Noel
Fernando
María de Baviera y Borbón (1884-1958?) fue
infante de España y príncipe de Baviera.
Fernando (bautizado con los nombres Fernando María
Luis Francisco de Asís Isabelo Adalberto Ildefonso
Martín Bonifacio) nació en Madrid, España,
de donde procedía su madre. Era el primogénito
del príncipe Luis Fernando de Baviera y Borbón
y de la infanta María de la Paz de Borbón
y Borbón, y nieto por vía paterna del príncipe
Adalberto de Baviera y la también infanta española
Amalia de Borbón y Borbón, y de la reina
Isabel II de España y del rey consorte Francisco
de Asís de Borbón y Borbón por parte
materna.
Sus padres habían contraído matrimonio un
año antes de su nacimiento en la capital española,
y poco después del nacimiento de Fernando se instalaron
en Múnich, la capital del reino de Baviera.
Fernando
pudo casarse con su prima carnal la infanta María
Teresa de Borbón, hermana de Alfonso XIII. La unión,
el tercer matrimonio consecutivo entre un Wittelsbach
y una Borbón en tres generaciones, tuvo lugar el
12 de enero de 1906 en el Palacio Real de Madrid. El matrimonio
tuvo cuatro hijos.
María Teresa falleció repentinamente en
1912, dejando a Fernando al cargo de los cuatro niños.
Para mayor desgracia, su hija más pequeña
falleció a muy corta edad en 1918.
En
su desconsolación, Fernando volvió a contraer
matrimonio, esta vez fuera del círculo real. Se
casó el 1 de octubre de 1914 con María Luisa
de Silva y Fernández de Henestrosa, dama de la
reina María Cristina.7
La propia reina María Cristina se mostró
muy disgustada con la unión en un principio, y
por ese motivo la boda se celebró en Fuenterrabía,
lejos de la corte madrileña.
La pareja no tuvo hijos. María Luisa era hija de
Luis de Silva y Fernández, X Conde de Pie de Concha,
y de María de los Dolores Fernández de Henestrosa
y Fernández de Córdoba.
En 1955 enviudó por segunda vez y falleció
en 1958, siendo enterrado en la cripta de la Catedral
de la Almudena de Madrid. No quiso ser enterrado junto
a su primera esposa, que lo está en el Panteón
de Infantes del Monasterio de El Escorial, ni junto a
su segunda esposa, cuyos restos se encuentran en el panteón
de los Silva del Cementerio de San Isidro.
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Sras
de Herquenengo, de De Castro y Barros de Beza, y señores
Germán Rusco, senador Fernando Freire, diputados
Guillermo Edwards M. y Carlos de Castro, durante la magnífica
y grandiosa fiesta ofrecida por los diplomáticos
argentinos en honor de las delegaciones extranjeras y
autoridades nacionales
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En
la inauguración del monumento en homenaje a Magallanes,
vemos de izq. a der. al alcalde de Punta Arenas, Luis
Valencia Courbis, pronunciando su discurso, al centro
el embajador de la República Argentina, doctor
Carlos Noel y a la der. al embajador de Portugal, Alberto
D'Oliveira, haciendo entrega de una corona de bronce
Este
monumento fue sufragado por el empresario español
José María Menéndez Cañedo
(1846 - 1918) quien contrajo matrimonio con María
Behety Chapital (1848-1908), el 19 de marzo de 1873, unión
de la que nacieron 9 hijos
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Inauguración
del monumento a Magallanes en Punta Arenas, se encuentra
presente el príncipe de Baviera y Borbón,
embajadores extranjeros y autoridades chilenas
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El
Monumento a Hernando de Magallanes está ubicado
en el centro de la plaza Muñoz Gamero, en la ciudad
de Punta Arenas. Fue inaugurado en 1920 y dedicado a la
conmemoración del cuarto centenario del descubrimiento
del estrecho de Magallanes por navegantes occidentales.
Este monumento corresponde a una escultura de grandes
dimensiones (10 metros de altura), realizada en bronce,
sobre una base de cemento y con una placa de bronce por
el escultor Guillermo Córdova a solicitud del empresario
español José Menéndez. La escultura
representa al explorador portugués Hernando de
Magallanes, quien zarpó del puerto de Sevilla el
10 de agosto de 1519, al mando de cinco barcos que emprendieron
la travesía de la circunnavegación del planeta:
la Trinidad, la Concepción, la San Antonio, la
Victoria y la Santiago. El objetivo del viaje de Magallanes
era encontrar una ruta de navegación por las aguas
del extremo sur, para llegar a las islas Molucas.
La
obra conmemora el descubrimiento, por parte de los navegantes
occidentales, del estrecho de Magallanes el 25 de octubre
de 1520, para finalmente bautizarlo como canal de Todos
los Santos el 1 de noviembre de 1520. En la escultura
encontramos a Hernando de Magallanes erguido sobre un
cañón y con su sombrero en la mano derecha.
En uno de los costados de la base de cemento vemos una
escultura de bronce de un indígena patagón
y, al otro costado, una escultura de una joven mujer con
sus brazos levantados. De ambas, es la escultura del indio
patagón una de las más relevantes y que
le otorga el reconocimiento popular de Monumento del Indio
Patagón. Un mito urbano de la ciudad de Punta Arenas
cuenta que a los pocos años de inaugurado el monumento,
un marinero español se acercó a él
y, quedando impresionado por el tamaño del pie
del patagón, decide tatuárselo. A los pocos
años, el marinero retornó con buena fortuna.
Desde ese momento, se dice que quien pase por la plaza
Muñoz Gamero y no bese el dedo del pie del patagón,
no retornará con buena fortuna a la ciudad de Punta
Arenas.
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Baile
en el teatro municipal, dado en honor de las embajadas
que asistieron a las fiests celebradas conmemorando el
cuatro centenario del descubrimiento del estrecho de Magalles
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DICIEMBRE
DE 1920: DESPEDIDA DE LAS EMBAJADAS EXTRANJERAS EN SANTIAGO
DE CHILE
"Hermoso
aspecto de los jardines de la legación argentina
durante la recepción ofrecida en honor de las embajadas
extranjeras, despidiendo a sus miembros con motivo de
su viaje hacie al estrecho de Magallanes, donde asistirán
a la celebración del cuarto aniversario de su descubrimiento.
Esta suntuosa y espléndida fiesta social cerró
en forma brillante las que se efecturon en Santiago por
tan magno suceso"
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El
presidente de la República, señor Sanfuentes,
y su esposa, con el príncipe de Baviera y otras
personalidades, en el gran baile de gala en el palacio
de la Moneda
El
infante fue uno de los miembros de la familia real más
cercanos a Alfonso XIII, a quien representó en
diversos actos de estado en el exterior: los funerales
de Cristián IX de Dinamarca (1906) y Óscar
II de Suecia (1907), el bautizo de Guillermo de Prusia
en Berlín (1907), visitas al zar de Rusia (1908)
y al rey de Sajonia (1909), la entrega del Toisón
de Oro a Gustavo V de Suecia (1910), la coronación
de Jorge V del Reino Unido (1910) y los funerales del
emperador Francisco José de Austria (1916).
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Un
grupo de distinguidas señoritas de la sociedad
de Santiago y conocidos caballeros en uno de los salones
del palacio
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En
el Club de Señoras vemos a Su Alteza Real rodeado
por las damas de la comisión de la prestigiosa
y culta institución, donde se le obsequió
con una copa de champagne
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LA
SOCIEDAD CHILENA AGASAJA A LAS ILUSTRES EMBAJADAS EXTRANJERAS
Sras. Teresa B. de Cavarrubias, María Rozas de
Errázuriz, Carmela E. de Guzmán, Carolina
P. de Correa, HIpatia de Bustamante, y señores
capitán de navío Segundo R. Storni, Ramírez
Peña y Lillo, alférez Merlo y guardiamarina
Eizaguirre y Obella, en el fundo San Vicente, donde se
realizó la fiesta campestre y de costumbres nacionales
ofrecida a los ilustres huéspedes extranjeros
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Grupo
de gentiles y distinguidas niñas en el fundo San
Vicente, ante una antigua carroza, la primera que llegó
a Chile
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La
Sra. Josefina Acosta de Noel, esposa del ministro argentino
y otras damas en el palco oficial, durante la revista
militar
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En
los jardines del fundo San Vicente, los aristocráticos
concurrentes a la bella fiesta entregados a la danza
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S.A.R.
el infante Don Fernando, el presidente Excmo. Sr. Sanfuentes,
su esposa y aristocráticas damas chilenas en el
baile del Palacio de la Moneda
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Al
pie del monumento el Excmo. Sr. José Francos Rodríguez
pronuncia su brillantísimo discurso
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