"El
club se vive.
Es bastante dificil de explicar pero aquellos que tienen la
suerte de que sus padres o sus abuelos hayan sido socios van
adquiriendo esta filosofia desde chicos.
A
la mañana yo llego y camino estos salones.
Es el momento mas lindo, cuando sentis la vida del club, una
institucion nos da muchisimo.
El club es el que nos protege, es nuestro psicologo, es donde
tenemos nuestros momentos de paz y tambien es donde nos cultivamos.
Quintana
va todos los dias y pasa ocho horas diarias en el.
Su primer recuerdo del Jockey es "Esperar en las escalinatas
de la antigua sede mientras papa tiraba esgrima.
Tambien recorri la quema de la casa de Florida cuando tenia
ocho años. Me llevo mi padre".
A
Quintana no le gusta recordar aquel episodio del 15 de abril
de 1953, cuando el Jockey ardio bajo el fuego de peronistas
ansiosos por sepultar uno de los simbolos de la Argentina
«oligarca».
Ese mismo año, el gobierno de Peron disolvio el club
y le expropio sus propiedades, incluyendo los hipodromos de
Palermo y San Isidro.
El
golpe de 1955 y la proscripcion del peronismo comenzaron a
alterar los vientos de malaria que soplaban en los salones
del Jockey, pero nada volvio a ser como entonces.
Entrevista a Bruno Quintana, presidente
del Jockey Club. Revista Noticias, 7 de mayo de 2005 |