La
condesa Ena Wenckheim enciende su tercer Marlboro light y
deja que el humo gris trepe hasta sus ojos celestes. Desde
las ventanas de su living, en un septimo piso sobre la calle
Cerrito se ven los techos de pizarra de la embajada de Francia.
La condesa es austriaca, nacida en Viena ("No me pregunte
cuanto; menti tantas veces que ya ni me acuerdo"), y
su caso es una de las excepciones a la regla: ella no tiene
una gota de sangre argentina. Ena
Wenckheim cuenta su historia con un toque de humor: "A
los 20 años me case con un americano buen mozo y
muy rico, y en 1956, cuando enviude, compre campos en este
pais. Los compre y se los regale a mi hermano, para que
tuviera algo que hacer. En 1971 el murio en un accidente
de transito, y al tiempo me vine a Buenos Aires para ver
si podia vender. Vivia en el Alvear. Imaginese: eran los
dias en que Salvador Allende y los cubanos venian a la Argentina".
La
condesa Wenckheim solo pudo vender sus campos en 1993,.
El primero que habia comprado, en Trenque Lauquen, fue el
primero que vendio, y luego siguieron los de Guamini y La
Pampa. En los veinte años que tuvo que hacerse cargo
de sus tierras, vivio en sus estancias. De esa experiencia
le quedan modismos ("Yerba mala nunca muere")
y, lo dice con insistencia, un fanatismo por el pais que
hasta la llevo a devolver el pasaporte y la ciudadania norteamericana
para hacerse argentina.
"Mi
familia me llama desde Europa, asustada, y me dice que me
vaya, que que hago aca, que la television pasa cortes de
ruta y manifestaciones con carteles del Che Guevara. Y yo
les constesto que no, que de aca no me voy hasta que la
situacion se arregle. Aunque la gente todo el tiempo tira
palidas, yo soy optimista. Vamos a salir. Despues de la
guerra, Europa la paso peor y salio. Solo se trata de que
cada uno ponga su grano de arena"
En
el caso de la condesa Wenckheim, que es miembro de la Fundacion
Hospital de Clinicas, su aporte lo reciben los chicos de
San Javier, un pueblito en el valle cordobes de Traslasierra,
donde se compro una casa. "Alli hay una escuela muy
pobre, y muchos de los chicos van solo porque les dan de
comer. Yo me encargo de mantener el comedor los sabados
y domingos de todo el año, y tambien durante las
vacaciones. Siento que es mi obligacion, y hacerlo me da
satisfacciones. ¿Sabe una cosa? Al principio me llamaban
'la gringa loca'. Ahora soy doña Ena", dice.
Los Wenckheim eran originarios de Alemania, y luego se trasladaron
a Austria. Las propiedades de la familia estaban en ese
pais y en Hungria. "¿Castillos? ¿Como
no ibamos a tener castillos nosotros? Pero ya le dije: nuestro
pasado no existe. Eso ya paso."
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